Dormir 8 horas no siempre garantiza un descanso reparador. Muchas personas despiertan cansadas, con dolor de cabeza o sensación de “no haber dormido nada”, incluso después de haber estado en la cama el tiempo recomendado. ¿Qué está pasando?
La clave no está solo en la cantidad, sino en la calidad del sueño.
Posibles causas de sueño no reparador:
-
Apnea del sueño: interrupciones respiratorias durante la noche que fragmentan el descanso sin que te des cuenta.
-
Insomnio de mantenimiento: te duermes bien, pero te despiertas muchas veces o demasiado temprano.
-
Síndrome de piernas inquietas: movimientos involuntarios que impiden alcanzar fases profundas de sueño.
-
Estrés o ansiedad nocturna: el cuerpo duerme, pero la mente sigue activa.
-
Ritmo circadiano alterado: tus horarios de sueño no están sincronizados con tu reloj biológico.
¿Qué puedes hacer?
Si notas fatiga, somnolencia diurna, irritabilidad o falta de concentración a pesar de dormir suficiente, es recomendable realizar una evaluación médica del sueño. Existen cuestionarios de cribado y pruebas como la polisomnografía o la poligrafía domiciliaria que permiten detectar alteraciones.
Dormir bien es vital. Si sientes que algo no está funcionando, tu descanso merece atención profesional.